¿Cómo influye el peso de un remolque en el consumo de combustible del coche?

Enganchar un remolque no es simplemente añadir espacio de carga: es reconfigurar la dinámica de tu coche. Modificar su comportamiento, su respuesta y su consumo. Especialmente su consumo.
Llevar un remolque afecta y mucho al gasto de combustible. Pero entender por qué sucede y cuánto puede aumentar ese consumo requiere ir un poco más allá del tópico “cuanto más peso, más gasto”.
Más que una cuestión de kilos
Al añadir un remolque, el coche deja de comportarse como una unidad independiente. Ahora, cada aceleración, cada curva, cada frenada implica arrastrar una masa extra que modifica las fuerzas en juego.
El motor debe generar más par. La caja de cambios trabaja con más frecuencia. Y los frenos... sufren. Todo el sistema entra en una modalidad mucho más exigente.
Y no hablamos solo del momento en el que arrancas. El impacto se mantiene constante: más peso = más resistencia al avance = más combustible para mantener el ritmo.
Pero el peso, por sí solo, no lo explica todo.
Factores que multiplican el consumo
- Aerodinámica alterada: si el remolque tiene paredes altas o forma cúbica, corta el aire como un muro. Esto crea una resistencia constante que crece exponencialmente con la velocidad. En tramos de autopista, este suceso se verá multiplicado, afectando directamente al consumo.
- Distribución del peso: una carga mal equilibrada no solo es peligrosa; obliga al vehículo a hacer microcorrecciones constantes que suponen esfuerzo extra.
- Estilo de conducción: acelerar de golpe, mantener velocidades altas o frenar tarde eleva el consumo incluso sin remolque. Con él, los efectos se amplifican.
¿El resultado? Un aumento que puede ir desde un 10 % en condiciones suaves hasta un 40 % en trayectos exigentes o con mala conducción.
Así se dispara el consumo cuando enganchas un remolque
Pongamos que tienes un coche familiar diésel que consume, en promedio, 5,8 l/100 km. Si le acoplas un remolque de 800 kg con algo de carga y haces un viaje de 600 km por autopista, el consumo puede subir a 7,5 l/100 km. Es decir, más de 10 litros extra en total.
Ahora súmale el precio del litro a 1,60 €. Estás gastando 16 € más por trayecto. ¿Y si haces ese trayecto cada dos fines de semana? En un año, habrás invertido más de 300 € solo por el efecto del remolque.
¿Se puede reducir este gasto?
Evitar del todo, no. Reducir, sí. Y mucho.
- Planifica la carga con cabeza: que no haya sobrepeso en la parte trasera ni objetos sueltos que desplacen el centro de gravedad.
- Modera la velocidad: a partir de 90 km/h, la resistencia del aire crece de forma exponencial. Bajar a 80 km/h puede suponer un ahorro significativo.
- Mantén las presiones adecuadas en todos los neumáticos. Baja presión = más roce = más combustible.
- Evita acelerones innecesarios. La suavidad es clave.
- Revisa el remolque periódicamente. Un eje mal alineado o una rueda desgastada no solo es peligroso: consume más.
El peso del remolque no solo tira del coche, tira de tu bolsillo.
Pero más allá del coste, hay una lectura importante: cuando remolcas, todo cambia. Desde la manera de conducir hasta la eficiencia del motor. Y comprender esos cambios y no ignorarlos es lo que marca la diferencia entre un conductor ocasional y uno verdaderamente preparado. No se trata de evitar remolcar. Se trata de hacerlo con inteligencia.
Categorías
- Consejos de conducción y seguridad
- Equipamiento y accesorios
- Mantenimiento y reparación
- Tipos de motos y remolques
Últimas entradas